Al cantante le serán incautados bienes por 25.000 millones de pesos, por presunto testaferrato para el Bloque Tolima de las Autodefensas. Hay un centro comercial y la discoteca El Oasis, en Girardot.
El país recuerda al señor de los boleros románticos Charlie Zaa, quien conquistó miles de fanáticos al reencauchar canciones como Ódiame, Un disco más y Niégalo todo. Con su música logró fama y al mismo tiempo un imperio económico en su ciudad natal, Girardot, donde es dueño de un centro comercial, hoteles y discotecas, y se extendió hasta Ibagué.
Poco se había vuelto a saber del artista, pero ahora está siendo parte de una compleja historia judicial. Buena parte de su fortuna será objeto de extinción de dominio por presuntos nexos con paramilitares.
La Fiscalía pidió a un magistrado de Justicia y Paz decretar medidas cautelares de embargo, secuestro y suspensión del poder dispositivo de los bienes de Carlos Alberto Sánchez Ramírez, Charlie Zaa, por la suma de más de 25.000 millones de pesos. Esto es, en palabras simples, que al cantante le ocuparán propiedades con fines de extinción de dominio, por ser presuntamente testaferro del Bloque Tolima de las Autodefensas.
A Zaa le van a quitar mucho más que “cinco centavitos de felicidad”. En realidad, la Fiscalía está detrás de dos de las propiedades más reconocidas del cantante. El centro comercial Oasis, en donde funciona la discoteca más grande de Girardot, que tiene el mismo nombre. Además, dos discotecas llamadas Kapachos y Solaris, ubicadas en la zona rosa de Ibagué.